Veo generaciones jóvenes que están embebidas en sus aparatos, en su conversaciones virtuales. Personas que se olvidan del mundo porque lo viven a través de una pantalla, que conversan con signos, no con palabras. Lo veo a diario, y me molesta, y pieso en la tecnología que aliena al ser. No la odio, pero me compadezco de quien no la usa para lo que es, de quien "pierde la humanidad", si se le puede llamar así al fenómeno. Luego me topo con cosas como ésta, y me maravillo, y me alegro de que en el mundo aún hay gente que está conectada en muchos sentidos, y que usa la tecnología como lo que es, una mera herramienta.
Pongan especial atención en la chica oriental, Esna.
NOTA: esto es un jam virtual que el orientalito del principio armó con varios músicos de distintas partes del mundo.
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