

En mi penúltimo semestre como universitario se me presentó la fortuna de hacer un intercambio en el extranjero.
El (casi) año que viví en esas lejanas latitudes ocupa en mi memoria un lugar privilegiado. Gente nueva, costumbres distintas y, sobre todo, la grata sensación de estar en un lugar donde nadie te conoce, donde a pesar de los prejuicios tienes la oportunidad de empezar de cero cualquier relación con cualquier persona.
Dormir bajo un techo ajeno durante tantos meses tiene también efectos colaterales. Te da la oportunidad de reflexionar las cosas desde una óptica distinta. Te permite, por segundos, pensar en tus problemas como maletas abandonadas en el aeropuerto de tu país; quizá cuando regreses estén allí, quizá alguien más se hará cargo de ellas o quizá, como si algún ladrón de poca monta las hubiera robado, cuando regreses, habrán desaparecido. Sólo entonces, cuando confrontes la suerte de tu equipaje, le darás la importancia que realmente merece. Esa es para mí una de las mayores dichas de viajar.
Cuántos momentos pueden impregnar las paredes de un departamento. Si bien uno sabe que la estadía entre esos muros es pasajera, no se puede evitar mirarlas con un dejo de añoranza y melancolía al momento de partir. Las risas retumban con un eco lejano pero persistente, el recuerdo de las noches de farra y de trabajo en equipo, los nuevos amigos, e incluso una que otra lágrima derramada, todo se mezclará con el yeso y la cal para hacer una mixtura que, con mucho cuidado meterás en otra maleta. Tú decides si la llevas contigo o "la dejas accidentalmente".
Todavía recuerdo esa mañana. El taxi que me llevaría al aeropuerto para emprender el regreso a México estaba a punto de llegar. Haciendo un cálculo impreciso dije en voz baja: "Aún hay tiempo para una más. Una última canción para despedirme de este espacio que me sirvió de hogar". El taxi pitó segundos después de que terminó la música.
Cada vez que la escucho, mi mente viaja, sin excepción, al 4330 de la calle Charcas, en Buenos Aires.
- I still think of you on cold winter mornings, darling they still remind me of when we were at school.
Guillemots - Trains to Brazil
2 comentarios:
yo te pase esa cancion mijo ;)
chale q buenas palabras miguelon. me dio gusto poder aunque fuera compartir un poquitito de esa experiencia tan chingona. por cierto yo te pase esa rola :P
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